EL VAMPIRO NO TIENE CAPA, EL VAMPIRO TIENE ALAS


Vampiros hay muchos. El cine, la televisión y el teatro nos los han presentado, por dar unos ejemplos, se encuentra Bela Lugosi que interpretó al famoso Dracula, Edward Collen en la serie Twiligth, también el venerado Conde Patula, El gran guerrero vampiro Blade, o el terrorífico Nosferatu son algunos que se jactan de tener el titulo de vampiros en este mundo, lastimosamente estos personajes, muchas veces tétricos, otras veces dulces y coquetos y hasta con ínfulas de héroes se han quedado en nuestra imaginación, ya que los creadores de estos bellos seres, toman como referencia al verdadero vampiro, al chupasangre por excelencia, al demonio en pasta, al quita sueños y al desesperante pero nunca exterminado zancudo o mosquito, no importa por cual nombre lo conozcas, es igual de depredador, molesto e insoportable.
Este pequeño animal de la familia de la mosca pero con una morfología completamente diferente (cuerpo muy fino de color oscuro, seis largas patas y dos alas trasparentes), puede ocasionar en cualquier persona síntomas agudos de insomnio e irritabilidad al tener que enfrentarse en una larga noche a la presencia de esta particular ave, que escoge a sus presas de una manera muy detallada. Se esconde en cualquier lugar oscuro en el día, puede permanecer inmóvil por más de tres horas  solo observando a su víctima, mientras va cayendo la noche. Pausada y pacientemente vigila sin producir ningún ruido, sin mostrar su vuelo y sin hacer espectáculos bochornosos como su prima la mosca. Sigue a su elegido con cierta distancia, el zancudo sabe muy bien que para alcanzar su meta debe ser invisible, ya que si fuera descubierto terminaría aplastado a la pared violentamente como muchos de sus legionarios camaradas, que han dado la vida por la causa.
El zancudo ama la noche, la venera, la idolatra, sabe que con ella encuentra una cómplice para generar sus fechorías, se camufla, desaparece, el zancudo es audaz y se percata de los posibles riesgos de cada operación, para él, chupar sangre es su obsesión, por tal motivo prefiere  la oscuridad para atacar, pero no lo hace de una manera simple y aburrida, al encontrar el silencio y la penumbra perfecta, comienza a rodear a este pobre viviente, que se dispone a descansar de un día agitado, primero lo rodea desde muy arriba, segundo comienza a aterrizar lentamente pero sin ser descubierto aún, tercero se  posa en algún lugar( cubrelecho, mesita de noche, cobijas, lámpara) donde pueda observar directamente a su fatal víctima, y al percatarse que ésta  se encuentra dormida, explaye sus alas de una forma rápida y furiosa para alcanzar su objetivo, se sitúa en la parte del cuerpo que mas rápido acceso haya tenido, el zancudo no mide consecuencias en apuntar a la frente, cachete, nariz, brazo, dedos, solo piensa en extraer sangre… Lo disfruta, siente un placer enorme sustraer aquel liquido rojo y depositar su saliva en la piel, penetra hasta lo más hondo posible rellenando todo su cuerpo de un color rojo caliente y espeso.
Al no poder succionar la sangre de su víctima, por algún movimiento no calculado, empieza una batalla entre el pequeño vampiro y ésta, que puede durar varias largas horas, donde el zumbido del zancudo se convierte en su arma más poderosa y los manotazos de la victima actúan como verdaderas bombas. Uno de los momentos donde se acrecienta la frustración es cuando la víctima sabe que el maldito zancudo se le enfrenta, lo reta y se le burla completamente en la cara, escondiéndose, zumbándole los oídos, metiéndosele por debajo de las cobijas cuando ella se esconde o esperándola de forma mordaz a que se asfixie con su propio calor para volver a molestarla hasta cumplir con su objetivo, la picadura…
Al través de los tiempos el hombre ha buscado muchas formas para acabar con esta plaga, creando diferentes objetos, algunas veces contundentes como otras veces no tanto, para poder mermar el hastió que da percibir a esta clase de vampirillos de pacotilla y poco tolerables. Está desde el clásico mata mosquitos, aquel objeto largo con una plancha de plástico en su punta,- se utiliza manualmente, y es más contundente según la fuerza de la persona-  hasta químicos que expelen ciertos olores disque mortales para zancudos, las creencias ancestrales no pueden faltar en este punto tan importante y es, “si usted está siendo atacado por varios zancudos llene una bolsa con agua y cuélguela en su habitación”, ¿ Qué funciona?, no sabemos, pero desde que tengo memoria he visto muchas de estas bolsitas en varios lugares. En este orden de ideas no se puede olvidar el tan revolucionario invento que se consigue en el mercado informal, con el nombre de la raqueta. Este singular objeto -gadget- en cierta parte ha equilibrado la balanza en esas largas batallas que se fundan con estas pequeñas aves, pues en su malla de metal, se acumulan  unas pequeñas dosis de corriente que exterminan, queman y desaparecen por completo al zancudo, dejando en las caras de cada ser humano, una sonrisa de satisfacción y victoria, pero aquel juguetico no acaba ahí, también para sorpresa de muchos, tiene consigo una linterna, la cual los deja al descubierto en la oscuridad y los saca de sus escondites rápidamente, generándoles malestar, borrachera, para atraparlos con mayor facilidad. Gracias a Dios existen mentes tan brillantes en este mundo que han pasado por las mismas inclemencias de nosotros y crean bellos artefactos para desaparecer a nuestros enemigos, los vampiros.
Muchas veces escucho comentarios como: “A mí los zancudos ni me tocan”, “los zancudos solo atacan a los de piel blanca”, “debe ser que usted tiene la sangre dulce”…, los felicito de todo corazón, porque los que si hemos sido atacados por estas bestias, sabemos que es tener sueño al día siguiente y sabemos también que se siente la asquerosa saliva de este animal rascándonos la piel, pero también sabemos y damos fe de esto, que algún día desaparecerán y no quiero entrar en discusiones polémicas y mamertas con animalistas (personas que abogan por los derechos de los animales) porque puedo decir con toda seguridad que en algún momento de sus vidas, también han sido fastidiados por estos pequeños infames, los cuales violan mi derecho a la tranquilidad, a la felicidad y a mi espacio.
En  estos tiempos que las marchas y las protestas  han  vuelto a utilizarse para mostrar su inconformidad por alguna cuestión, sería prudente formar un colectivo en contra de los abusos del zancudo, pues si bien es cierto que molesta a muchas personas, también es cierto que lleva años dentro de nuestra sociedad y nadie ha podido exterminarlos como debe ser, es más, las nuevas generaciones de zancudos, vienen aun más recargados, resistentes y violentos, ya no respetan, y eso es algo que no se debe permitir.
Zancudo encontrado, zancudo aplastado, va a ser mi lema para acabar con esta plaga, y para aquellos que se preguntan ¿será que los vampiros si existen?, los invito a que dejen su ventana abierta en la noche y disfruten de la presencia de más de un vampiro que estará dispuesto a entregarles todo su amor a cambio de unos litros de sangre, al resto, percátense que su habitación a partir de las cinco y media de la tarde este completamente cerrada y sellada, para no darles ventaja y así poder disfrutar de una venerable y placentera noche. 

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