EL HIP HOP MI ESTILO DE VIDA
Desde
los primeros años de mi vida, el tiempo podría tener predestinado mi gusto por
la música rap y la vida vista desde la cultura hip hop, pero porqué?, Nací en
un barrio común y corriente, ni muy bueno ni muy malo, con sus problemas como
en todo lugar en la ciudad de Bogotá,
donde los jóvenes en los años ochenta se dividían entre ser metaleros o ser
raperos, en la zona del barrio donde tuve la fortuna de nacer, habían muchos
más jóvenes amantes del rap y además de eso, del Bmx, fui creciendo en esa
realidad y empapándome lentamente en el asunto.
A
mis doce años de edad, después de haber visto, aprendido y disfrutado muchas
cosas a través del hip hop di el paso definitivo para salir a la calle,
diciendo que yo era un rapero, por supuesto, la primera que puso el grito en el
cielo fue mi señora madre, que se escandalizó el primer día que puse a un
volumen considerable la emisora del momento de hip hop en la ciudad “Reino
Clandestino” donde sonaba una canción de Los Nandes con G Cardona llamada “ La
Calle”, es más me acuerdo que el coro decía más o menos así: “ esto es verdad
ve y pregúntale a cualquiera, la calle y la experiencia es la mejor escuela…”,
a mis doce años me imagino que tendría toda una experiencia ruda y callejera,
pero haciendo memoria sería con el fútbol, las carreras en bicicleta y las
primeras rimas que ni rimaban.
El
tiempo ha cambiado mucho y eso que todavía soy muy joven, mis amigos que me
iniciaron en la cultura hip hop, unos siguen otros no, obviamente eran mayores
que yo, con otra realidad, con otra visión, pero igual yo fui formándome y cultivándome
con esa semilla que aquellos parceros plantaron en mí, y que al sol de hoy
sigue viva.
Mientras
transcurrían los años, y yo iba creciendo, conocí muchas cosas esta vez sí en
la calle, pues la cultura del hip hop se forja ahí, en el pavimento, en los
muros, en las esquinas, en la noche…, probé la marihuana, cogí por primera vez una
lata de pintura, trataba de no escuchar grupos comerciales para no caer en la
denominación de caspa, me puse un A.K.A, pedí de navidad mis primeras botas,
aunque no fueron Timberland, las disfruté por mucho tiempo, le vendía a mis
amigos Cd’s, con música hip hop para hacerme unos pesos, intenté rapear,
intenté dibujar, fracasé en el Bmx, organicé algunas rumbas en los conjuntos
donde vivían mis amigos, me enamoré de una chica amante al rap, mayor que yo,
nunca me puso atención, vi en vivo a Beat nuts, A Cocoa Brobaz, Razcals, Jedi
Mindtricks…, me colé en el video que Mexicano grabó en Bogotá, específicamente en
el cementerio central, con la canción Por las calles de Colombia, me citaron
muchas veces en el colegio por llevar mis pantalones muy debajo de la cintura,
me agarré con los profesores, con parches de otros barrios, compré mi primera
jersey de los Nets de New York, me volvieron a citar, me llevaron al psicólogo,
mi madre encontró marihuana en mi maleta, otra vez volví al psicólogo,
presencié mis primeros rap al parque, en otros.. Estuve en prensa, me tomé
fotos, con Onix, con Nach con Inmortal Technique, Jht, conocí a Antombo de
Profetas, me enamoré, me gradué del colegio, mi madre en la foto con el diploma
estaba brava, tenía un arete, me felicitaron, recibí mi primera gorra original
new era, elegí Comunicación social como carrera, y en ese momento de la vida es
donde digo, doy gracias por haber conocido esta cultura y no otra, al entrar a
la universidad todo cambió, nuevos amigos, nuevos horarios, nueva vida, nuevas
aspiraciones, nueva mentalidad y aunque por un tiempo me alejé del hip hop, él nunca
se alejó de mí y estaba presente cada vez que lo necesitaba, con cada problema,
cada desamor, cada borrachera, el rap siempre estuvo ahí, me reconcilié con él
y desde ahí dije nunca más volverlo a dejar, decidí desde ese momento enfocar mi vida hacia
el hip hop como escuela, como vida y como orgullo. Ser amante del rap no es
caer en estereotipos basados en drogas, joyas, mujeres y carros lujosos, eso dejémoselo
al reggaetón que en eso hace un buen trabajo, nosotros, los raperos, los que
nos gusta esta música, su arte, sus rimas, sus scratches, sabemos que el hip
hop va más allá que toda esa parafernalia, hip hop reside en un estado de
comportamiento y educación, un rapero no es aquel que más ñero hable o aquel
que está parado en la esquina vendiendo bichas, o peor aun aquel que se camufla
en una gorra y unos pantalones anchos para robar y hacerle mal a la gente,
alguien que verdaderamente sienta el rap y lo quiera hacer presente en su vida,
es una persona que se instruye y que crea dentro de su ser un alma muy sensible
a los problemas de la sociedad, se forja en esa fuerza mental que cada
colombiano tiene y se conoce como verraquera, para salir adelante y hacer de la
música su vida, muchas veces lo último que importa es la apariencia y la estética,
nadie es más rapero que otro cuando luce una gorra o cuando porta ropa de
determinada marca, un rapero para ser real primero debe saber que el fundamento
del rap es la gente, los problemas y las formas de solución que se le pueden
dar desde el arte, no es más, dejémonos de vainas, y aceptemos esa cuestión.
Lastimosamente en Colombia tenemos una grave
situación y es que, los raperos somos muy desunidos, y al generarse este conflicto
estamos cayendo en una oscuridad que sí no nos ponemos las pilas cerraremos
muchas puertas valiosas para la cultura hip hop, no le quito el crédito a
nadie, porque sé de antemano que hay muchas personas en este momento, luchando
por la cultura y que sea re-significada como un baluarte y una plataforma de
cambio social, me alegro que existan, pero se necesitan muchas más, no podemos
pretender levantar una industria cuando unos pelean y los otros esperan solo el
festival de hip hop al parque para entrar gratis y fumar marihuana toda la
jornada, el apoyo viene de todos y no estoy mintiendo cuando digo que somos una
de las culturas que más gente tiene en Bogotá y en Colombia, siendo así, qué es
lo que pasa para que nuestros artistas no estén recibiendo lo que se merecen?
Es solo cuestión de pensar qué clase de rapero es usted, o sí lo es, porque muchas
veces caemos en errores dialecticos y analógicos que lo único que causan es un
daño rotundo a todos aquellos que se plantean el hip hop como un estilo de
vida.
A
la carga a todos los guerreros del hip hop, no solo artistas, sino grafiteros,
dj’s, breakers, amantes y conocedores de la movida, que la venganza de los
justos está cerca, y esa venganza será con arte, pintura, y apoyo cien por
ciento a lo que nos mueve el corazón todos los días, EL HIP HOP.

sigan firmes
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